Tres imaginativas mentes femeninas nos hemos propuesto dar rienda suelta a nuestra imaginación. Escribimos las tres continuando cada una con lo que dejó la anterior sin tener una idea preconcebida del resultado. Semanalmente publicaremos un capítulo. No hay pretensiones... solo ganas de imaginar. Tamara...Laura...Marmota
sábado, 18 de septiembre de 2010
Capítulo 1
Todo empezó aquella tarde de verano. Nadie podía creer lo que estaba pasando pero todos mantenían la expectación ya que era evidente… algo iba a ocurrir.
Aquel ruido ensordecedor traspasaba las paredes y Malena no podía concentrarse en su trabajo. Decidió salir a la calle para saber que pasaba. No podía creer lo que veían sus ojos, algo extraño acababa de ocurrir, una gran nube de humo gris se extendía lentamente sobre el suelo ocultando el asfalto a su paso convirtiéndolo en una alfombra grisácea que la atraía hacia ella. Caminó adentrándose en la espesura gaseosa y su cuerpo recibió descargas indefinibles de paz y sosiego.
-¿Qué es esto?
Dos siluetas en la sombra permanecían inmóviles frente a ella ¡no podía creerlo! Eran árboles con forma humana que la miraban con curiosidad. Extendieron sus raíces, replegaron sus copas y la recogieron entre sus ramas llevándosela a un lugar oculto sin dejar rastro. Nadie supo donde se la habían llevado.
Su angustiado novio Alfredo, llamado Fermín, contrató a un detective de fenómenos paranormales.
Mientras tanto Malena no se explicaba que le estaba ocurriendo, todo había sucedido tan deprisa que no podía asimilarlo todo. Se encontraba en un estado de felicidad plena que no se podía explicar. Cuando abrió los ojos se le iluminaron con un brillo especial, era todo tan hermoso, parecía un sueño. Todo tenía colores luminosos y los aromas eran dulces y embriagadores.
El roble con forma humana alargó sus ramas y la coronó con una tiara de jazmines y violetas que las invisibles sacerdotisas de la primavera habían confeccionado durante el equinoccio.
Fermín tenía una personalidad escéptica debido a su experiencia vital. Tuvo que cambiar su nombre para no dejar huella sobre su pasado. Los demonios volvían a su cabeza ahora que Malena había desaparecido, necesitaba encontrarla. Desde el primer momento supo que solo ella era capaz de iluminar su presente acabando, por fin, con las pesadillas. Esperaba sentado en la vieja cafetería de Pepa, donde mejor preparaban el quemadillo de ron a las finas hierbas, en ese preciso momento apareció el detective.
Era un tipo singular por su aspecto y maneras, arrastraba ligeramente una pierna debido a la metralla incrustada en su rodilla durante la época de inspector de policía.
Fermín se levantó a estrecharle la mano.
-Encantado señor Molina, como le mencioné por teléfono estoy muy preocupado. Desde ayer por la tarde, después de la tormenta eléctrica, no se nada de Male.
-Me hago cargo señor Sanz, desde luego es inquietante al menos. Y dígame, ¿no cabe la posibilidad de qué se halla marchado voluntariamente?
-¿Por qué razón? Male siempre me cuenta todos sus planes, incluso puedo decirle que llevamos cinco años sabiendo cada minuto del otro.
-Esta bien, proporcióneme todos los datos que me ayuden a encontrarla, empezaré ya mismo.
Estuvieron charlando largo tiempo, Fermín no quería dejarse ni un solo detalle que pudiese aportar una mínima pista de lo sucedido a su amada. Pasado este tiempo el detective emprendió su búsqueda y Fermín quedo pensativo en aquella vieja cafetería que tantos recuerdos le traía. Pero algo le rondaba la cabeza, era una sensación de angustia y preocupación. Pensar no poder verla cada día a su lado era algo que no podía imaginarse. El reloj corría pensando y pensando, todo tiene una solución, pero ¿cuál?
Su mirada se perdió en la nada, de pronto apareció una luz en le cielo que atravesó los cristales y se reflejó sobre la mesa en la que se encontraba creando un dibujo con una forma muy peculiar. Se asemejaba a una planta muy parecida al muérdago que se movía sinuosamente entre la taza y el adorno floral. Tuvo la sensación de percibir un perfume familiar pero pensó…
-Me estoy volviendo loco, mejor me voy.
Estaba rodeada de musgo verde cuando comenzó a caminar a través de la senda. Las hojas de los árboles ululaban a su paso, los álamos le rendían pleitesía.
-¿Qué es todo esto, estoy soñando? se preguntó.
Se escuchó entre los árboles.
-No Malena, no. No estás soñando.
-¿Quién eres? ¿Dónde estás?
-Hola, soy Chispi, la guardiana de los animalitos del bosque y tu guía por las sendas.
Chispi era dulce y amorosa con todos los seres que habitaban en su entorno, la que les guía de día y de noche. Se trataba de una niña pequeña con cabellos dorados y carita rosada que tiempo atrás , hace muchas lunas, fue convertida en hada.
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